Ramses II fue uno de los faraones más célebres de Egipto, conocido por ser el gran rey guerrero y al mismo tiempo el esclavizador del pueblo Hebreo. Mandó a construir varios monumentos durante su reinado que eran tan espectaculares que sus restos siguen sorprendiendo hoy en día a millones de personas. Curiosamente, aunque obtuvo el reinado, no era el primogénito varón sino que tenía un hermano mayor cuyo nombre e historia se perdieron.
Su padre, Seti I se aseguró de que Ramsés II llegase al trono y se aseguró de darle experiencia militar desde joven. Desde los 14 años acompañó a su padre en campañas militares en Libia y Palestina, a los 22 ya dirigía sus propias campañas en Nubia. Junto con el cetro y el látigo (Símbolos que se daban a los monarcas), recibió cuatro nombres: «toro potente armado de la justicia», «defensor de Egipto», «rico en años y en victorias» y «elegido de Ra».
El reinado
El reinado del monarca es el único que casi se siguió anualmente a través de textos oficiales, lo cual destaca por su excepcionalidad. Su tarea como rey era asegurar el bienestar de la población evitando la falta de alimentos y proporcionando la ausencia de enfermedades.
Ramsés II utilizó su gran poder político, económico y militar para ensalzar su estatus de ser divino y la importancia de su familia y reinado. En honor del faraón se construyeron santuarios y templos que manifiestan su origen divino. Su primera esposa fue Nefertari, quien murió de forma temprana. Otra de sus esposas fue Isinofre, quien le dio cuatro hijos, entre ellos el sucesor, Merenpta. Ramses II vivió tanto tiempo que muchos de sus descendientes murieron antes que el pues murió casi centenario. Su momia se descubrió en 1881y efectivamente era un hombre viejo de cara alargada y nariz prominente.